lunes, 2 de abril de 2012

Nuestra Razón de Ser.

Nos comprometemos a cumplir con nuestros clientes en tiempos, Costos y resultados, garantizando satisfacción y confiabilidad con nuestros procesos. Cuidaremos de los intereses personales y económicos de nuestros pacientes por lo cual, todos nuestros procedimientos se informarán adecuadamente dando a conocer el tiempo de trabajo, ventajas y desventajas, y responsabilidad de las partes. Nunca se realizará un procedimiento sin el consentimiento previo.
Ofreceremos un servicio cálido y humano, que garantice el buen trato y el respeto por nuestra profesión. Estamos comprometidos con la gente y nos gusta trabajar con ellos y para ellos.

martes, 24 de agosto de 2010

La Importancia de Creer.

Por Leonardo Lozano Clavijo. Boletín de Psicología. Colegio Salesiano de León XIII. – Bogotá. Publicado en: www.psylandcorp.blogspot.com


“Aerodinámicamente el cuerpo de una abeja no está hecho para volar; lo bueno es que la abeja no lo sabe” En los Estados Unidos, en la Nasa, está escrito esto.
Estimados padres de familia, el poder de la palabra debe animar y fortalecer nuestras vidas. Nosotros tenemos una gran responsabilidad con los que amamos. Sin embargo, debe ser mayor la responsabilidad con nosotros mismos, ya que necesitamos seguir con ánimo creyendo en que lo que hacemos va a salir bien. A veces en la vida perdemos la fe (en el hogar, en los hijos, en el trabajo, en lo económico), sentimos cómo una oleada de desesperación embarga nuestro ser y nos desploma. En estos momento es cuando más necesitamos de una mano amiga para podernos levantar. Pero ¿Qué pasa si no llega?, ¿Qué pasa si no encontramos una palabra de ánimo sino de reproche? Las consecuencias no se hacen esperar. El ánimo decrece, la esperanza se va y ya no creemos poder lograrlo.
¡Pues no es momento de seguir en lo mismo, ya es hora de cambiar! Un cambio no se da de la noche a la mañana y da miedo, genera angustia. Pero eso no quiere decir que no se pueda. Estamos hoy en la libertad de tomar decisiones. Tenemos en nuestras manos el poder de cambiar nuestro futuro, de ser felices. De lograr lo que queremos. Ya es hora de repetir en nuestra mente: ¡YO CREO EN MI!, ya es hora de decirnos ¡NO ME VOY A RENDIR! ¡ME QUIERO TAL Y COMO SOY!. La responsabilidad de vivir no espera con los demás es para con nosotros mismos. Así como un bombillo que ilumina una oscura habitación, nuestra vida iluminara a los demás si estamos bien. Un bombillo fundido no sirve, un corazón fundido tampoco alumbra.
Dejemos un espacio en nuestro día para poder recordar cuanto valemos y si realmente vamos por donde pensamos que sería nuestra vida. Ubíquese en la mañana frente al espejo y pregúntese a usted mismo: ¿Soy feliz con lo que voy a realizar el día de hoy? Sí la respuesta es ¡NO!, ¡Pilas!, algo pasa y es una señal que le da la vida para que empiece a generar cambios significativos para sentirse mejor. Todos los días deben ser un acto para sentirse bien. Todos los días deben ser un día para atraer a su vida la tranquilidad y la prosperidad. Todos los días son una oportunidad para ser una mejor persona, para ser mejor padre.
¡Usted no se imagina de lo que es capaz¡ No se detenga, ser un buen padre, una buena persona es trabajo de todos los días. ¡Ánimo!

Historia: La Rana
Autor Anónimo.

Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo.

Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo.
Cuando vieron cuán hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas.
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Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras ranas seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles. Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Se desplomó y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible.
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Una vez más, la multitud de ranas le gritó que dejara de sufrir y simplemente se dispusiera a morir. Pero la rana saltó cada vez con más fuerza hasta que finalmente salió del hoyo. Cuando salió, las otras ranas le preguntaron:- ¿No escuchaste lo que te decíamos?
La rana les explicó que era sorda. Ella pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más para salir del hoyo.
Moraleja: La palabra tiene el poder de vida y muerte. Una palabra de aliento a alguien que se siente desanimado puede ayudarlo, una mala palabra aplastarlo.

jueves, 8 de octubre de 2009

¿Un Computador en tu Cabeza?

Basado en el texto del Dr. Eric H. Chudler Publicado originalmente en la revista ODYSSEY, Marzo de 2001, Cobblestone Publishing Co.

Por Leonardo Lozano Clavijo. Psicólogo. Bogota, Colombia. 2009.

¿Por qué las personas suelen decir que el cerebro se parece a un computador?, pensemos en las posibles razones para tal discernimiento.

Tanto el cerebro como los computadores funcionan con energía. El computador necesita de una conexión directa o unas baterías, el cerebro solo requiere de la glucosa que se le pueda suministrar, aunque la dieta específica de cada persona aporta nutrientes vitales para el funcionamiento cerebral. Los dos, emplean señales eléctricas para transmitir información. Los computadores envían señales eléctricas a través de cables para controlar los periféricos. El cerebro también envía señales eléctricas, pero las envía a través de células nerviosas, llamadas neuronas. El computador tiene botón de encendido y apagado, mientras que el cerebro está en “ON” todo el tiempo.

Ambos pueden almacenar recuerdos (los computadores en chips, discos y CD-ROMs, y el cerebro en circuitos neuronales). Ambos pueden ser modificados para realizar nuevas tareas. En los computadores se puede instalar nuevo hardware y software para agregar memoria y programas adicionales. El cerebro experimenta continuos cambios y puede aprender nuevas cosas, ¡incluso puede hacer reconexiones a sí mismo si lo requiere!

Podríamos mencionar otras similitudes, pero la principal diferencia radica en al conciencia. En esa propia experiencia del “Si Mismo”, en la riqueza que le da a cada ser humano el sentirse diferente, único e irrepetible. Una sutil diferencia que nos cambia totalmente la proporción de lo que significa ser Humano, de los que significa ser padre o madre y de lo que significa ser niño.

Usted amigo lector, se preguntara por que hacer referencia a un texto que muestra que tan semejante puede ser una aglomeración de células que caracterizan a la humanidad, en comparación con un elemento inanimado y creado por el hombre. ¡Pues bien! Pensemos en aquellos pequeños cerebritos que están creciendo y madurando. Los adultos damos por hecho que los procesos de aprendizaje, se dan por impregnación (como una partícula de polvo que se pega a la ropa). Asumimos que lo que aprendimos llego a nosotros rápidamente (de forma positiva, constructiva o cruel), y por tal razón, debemos exigir a los niños que estén dispuestos a dejar que sus experiencias de vida se conviertan en una partícula de polvo que fácilmente se deje pegar.

¡Que lejos estamos de la realidad!, cuantos años de constantes aprendizajes, condicionamientos, regaños, análisis de situaciones nos permiten hablar con propiedad de la experiencia que nos caracteriza. Ese tiempo es vital para comprender los procesos que se tienen que dar en un niño. ¿Se ha preguntado por qué el cerebro humano tarda 18 años en alcanzar su madurez?, ¿Por qué el de un chimpancé tarda solamente dos?

Es hora de volver a humanizar el aprendizaje de nuestros niños. A un computador se le cambia un componente y listo. Al niño hay que proveerlo de nuevas experiencias, ricas en valores, fuertes en recursos neuropedagogicos. Es hora de volver a comprender que la mejor etapa de la vida, es la que toma en serio el Juego y el Afecto para aprender. El cerebro se da su tiempo para madurar, es como una planta que requiere de agua y tierra fértil. EL cerebro necesita de amor y constancia en las actividades que le permitan aprender nuevas cosas. Sin embargo ¡Pilas!, las cosas toman tiempo y esos aprendizajes se dan en un de un momento a otro, a una planta recién sembrada no le podemos pedir naranjas. A un niño que constantemente repite lo que pasa, analiza las situaciones, se le dan argumentos, con el tiempo interiorizará los valores y será lo que esperamos de él.

Si usted está interesado en ser el “Coach neuropedagógico” de sus hijos o los niños que tiene cerca, empiece a jugar con ellos, póngales retos que fortalezcan su mente y les den constancia. Trátelos bien, motívelos a no rendirse y dígales que lo hicieron bien, aunque lo tenga que repetir cien veces. Dígales que valen la pena y se tienen que esforzar. Exija por favor que usen su memoria (lo que no se usa en el cuerpo humano tiende a desaparecer).

Estamos en una época que nos pide a nosotros como padres y como profesionales de la salud mental a continuar aportando a los niños y a sus familias. “No basta solo con intentar, hay que perseverar y lograr”.

Todos tenemos como lograrlo. Ni se imagina usted de todo lo que puede hacer en casa.

Consulte Gimnasia Mental o Comuníquese con nosotros.

psylandcorp@gmail.com

Leonardo Lozano Clavijo

Psicólogo.



sábado, 3 de octubre de 2009

Las Neurociencias

Otros Interrogantes
¿Qué estudian los neurocientíficos?
Tal vez la mejor manera de describir lo que estudia un neurocientífico sea enumerar los "niveles" en que se pueden hacer experimentos:
Nivel Conductual: estudia las bases neuronales del comportamiento. En otras palabras, qué hace que las personas y los animales hagan las cosas que hacen.
Nivel Sistémico: estudio de las diversas partes del sistema nervioso, como el sistema visual o el auditivo. Esto también podría incluir investigaciones sobre qué partes del cerebro se conectan con otras.
Nivel de Circuito Local: estudia la función de grupos de neuronas.
Nivel de Neurona Única: estudia lo que hacen neuronas individuales con relación a un "evento". También puede estudiar el contenido de una neurona en particular (estudio de neurotransmisores).
Nivel de Sinapsis: estudia lo que sucede en las sinapsis.
Nivel de Membrana: estudia lo que pasa en los canales iónicos de la membrana neuronal.
Nivel Genético: estudia las bases genéticas del a función neuronal.
¿Cómo convertirte en un neurocientífico? ¿Cuánto tiempo tienes que ir a la escuela?
Primero, tienes que terminar el bachillerato...es decir, de kinder a once, unos 12 años.Segundo, obtienes tu pregrado universitario en el área de la salud...al menos otros 5 años de estudio.Tercero, consigues un título de Ph.D. u otra especialización...al menos otros 4 años de educación.
Veamos cuánto llevamos: 12 + 5 + 4 = 21 años.
Son 20 años de escuela. Mientras que estás en la universidad te puedes llamar a ti mismo un neurocientífico en preparación. Al obtener el título de médico o algún Ph.D. eres todo un "neurocientífico." Algunas personas regresan a la universidad para obtener otro título. La mayor parte de la gente continúa su entrenamiento en diferentes laboratorios después de graduarse. este período de tiempo se llama Entrenamiento Postdoctoral, durante el cual se aprenden nuevos métodos y técnicas, usualmente dura de 2 a 4 años. la esperanza de la mayoría de neurocientíficos es lograr un trabajo en una universidad, hospital o empresa, después de su entrenamiento postdoctoral. Para aprender más sobre cómo convertirse en un neurocientífico, lee Otro Día, Otra Neurona, un corto ensayo que escribí para el sitio web Genentech Access Excelence.
Bien, después de todo este estudio y entrenamiento, ¿qué clase de trabajos están disponibles?